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rras, y las crisis se hacen permanente producto de la decadencia del sistema capitalista-imperialista. En ese marco, un grupo de compañeros unidos por un pasado común decidimos reunirnos para cambiar ideas sobre nuestra situación. Nos une haber sido parte del proyecto más ambicioso para solucionar la falta de dirección revolucionaria que pudiera derrotar al sistema capitalista imperialista que hoy sigue dominando al mundo y a nuestro destino como seres humanos: el partido revolucionario y la corriente morenista de la IV Internacional. Luego de años de convivir con el burocratismo de la dirección del MAS, MST, PTS, incluyendo sus expresiones subsidiarias, habíamos sido quebrados para el método de la construcción del partido, el centralismo democrático, y ya metidos en una lucha intestina paralizante, perdimos la confianza indispensable para la militancia en común con grupos con los cuales algunos de nosotros hemos realizado experiencias en común, como el PRS. Los equipos partidarios, convertidos en organismos hostiles a la presencia obrera, dejaron de ser la herramienta cotidiana da la vanguardia de los trabajadores para discutir y organizar la defensa de las condiciones de trabajo y de vida de la clase trabajadora, los análisis políticos nacionales e internacionales, el programa... y todo lo que implica la vida de un organismo partidario sano. En nuestro encuentro logramos ponernos de acuerdo - conscientes de no ser los únicos en emprender esta tarea - en algunas cuestiones fundamentales para la iniciación de este grupo: Hasta ahora han fracasado los intentos por dar una continuidad a la corriente del morenismo y el trotskismo. La clase obrera es la única que verdaderamente puede dar fin al sistema capitalista y es ahí donde el trotskismo revolucionario debe dirigir su política y actividad estratégica. Confiamos en que la clase obrera, en sus luchas, destacara una vanguardia con la cual poder construir el partido. Solo en esos procesos se van a poder formar los cuadros y dirigentes capaces de ganar influencia de masas para abrir una situación revolucionaria y llegar a Octubre. Proponemos formarnos como partido leninista, con militantes que se ajusten a la definición leninista del termino, que pongan todo su esfuerzo en desarrollar las dos únicas estrategias permanentes de los revolucionarios: 1) la movilización obrera y de masas contra el sistema capitalista, y 2) la construcción del partido revolucionario. Tomamos como ejemplo y modelo la Revolución Rusa de octubre de 1917 y el régimen instalado por ella hasta la muerte de Lenin, con sus organizaciones soviéticas, su partido bolchevique, el Ejercito Rojo y la III Internacional. Reafirmamos todo el legado que nos dejaron nuestros maestros (Marx, Engels, Lenin y Trotsky), sintetizado por Nahuel Moreno desde El Partido y la revolución, La dictadura revolucionaria del proletariado, Actualización del programa de transición, Las revoluciones de siglo XX y sus obras póstumas. Reivindicamos no solo los pronósticos acertados de nuestros maestros, sino también los errados, producto de análisis marxistas de la realidad. Teorizamos para cambiar la realidad, no para contemplarla. La actividad practica militante es la que arranca de una teoría y la modifica a partir de balances (entendidos estos como conclusiones científicas de la actividad), y permite volver a la practica con una teoría modificada, mas avanzada. El sujeto colectivo (hoy ausente) que elabora esta avanzada teoría es el partido, que es el que realiza la praxis, y no teóricos "iluminados". Hoy, bajo el dominio del sistema capitalista-imperialista, la existencia de las clases y sus luchas plantea la urgente necesidad que tenemos los trabajadores de contar con una dirección revolucionaria, ya que creemos que todo proceso de lucha que se avecine y las corrientes que este genere corren el peligro de ser derrotados o de adaptarse al sistema como consecuencia de esta falta de dirección revolucionaria. Por eso nos definimos como grupo que aspira, en un proceso de acuerdos, fusiones y rupturas alrededor de los hechos de la lucha de clases, a convertirse en el partido revolucionario que dirija a las masas hacia la tomo del poder en todo el mundo. Esta iniciativa no seria marxista si no tuviera en cuenta lo fundamental para la existencia del trotskismo y el morenismo, la construcción de la IV Internacional, ya que sin este objetivo toda idea o acción fracasaría desde su nacimiento. En este sentido, creemos que todo esfuerzo de los que iniciamos este camino debe incluir la construcción de la IV como una tarea fundamental de nuestra actividad. En nuestra etapa de desarrollo, privilegiamos la táctica de frente único revolucionario, con un criterio amplio y no sectario, desde informarnos de las corrientes existentes en el mundo, hasta acordar con grupos trotskistas revolucionarios alrededor de programas mínimos para la acción que permitan avanzar en experiencias comunes.
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